En la cocina guatemalteca, un platillo casi omnipresente es la sopa, que se degusta generalmente muy caliente y sirve como entrada para platillos más fuertes que generalmente son seguidos por postres preparados a base de frutas como papayas, sandías, mangos, bananos, zapotes, duraznos.
En fin, miriadas de ellas, que se transforman en deliciosos platillos edulcorados, que hacen la delicia de los chapines, puesto que el sabor azucarado, fuerte, es del gusto de todos.
Las bebidas, que suelen provenir también de todas esas frutas, le dan a la mesa un colorido único, así como un sabor extraordinario. Y para terminar, el café, otro compañero de las mesas guatemaltecas que nunca falta con su color oscuro y su aroma penetrante.
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